23.6.09

La noche celta en Brasil

“Una magia que enciende desde el hielo”


I

Era un joven druida
y la tierra
crujiente
con insectos antiguos
que no hacían diferencia de las piedras.
Un calor como tormenta de otras latitudes
venía a una ciudad primitiva
ahí
donde los brujos no inventaron magia.

Eddie cruzó la frontera cerca de los dientes.
No tuvo tiempo de mover los dedos.
O de alzar las manos.
Nada
que hiciera posible alguno de sus trucos.
Allí tal vez el cielo
se lo hubiera tragado un animal.

Pensó en las islas frías
del norte.
Pero las orillas plateadas
se congelan
en el mar
sólo como lo hacen los satélites.

El sol azul cambió por uno verde.
Ruinas que se construyen como ciudades del futuro.
Y ni el mejor hechizo
parece funcionar tan lejos de los polos.


II

“Pero hay un día
en que las noches del mundo se confunden
y llega
la noche celta a Brasil”

Quizás fue
en una noche de éstas
que el viento se soltó del campo.
Las hojas de la selva se derritieron en hielo
y después de esperar siempre
esa señal
Eddie
consiguió recordar hacia adelante.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

aca esta todo el poema

Quizás fue
en una noche de éstas
que el viento se soltó del campo.
Las hojas de la selva se derritieron en hielo
y después de esperar siempre
esa señal
Eddie
consiguió recordar

sirilo dijo...

una gotera ke diluye marte hasta alcatraz, perdido como una pesta sin futuro....

morales dijo...

pura carnecita este poema, bien...