31.7.08
28.7.08
25.7.08
EY
EY
Cuando hace frío duermo vestido
me lo pide el cuerpo.
Me tapo con el capot de una chevi
sobre unos ladrillos que acabo
de calentar
prolijamente
con el pensamiento.
Desde la cama veo el noticiero
como si fuera una canción de cuna
desarreglada,
y cierro los ojos alegremente
pensando en una araña
que nadie debería matar.
.
.
.
.
Antídoto #3
22.7.08
2do. parte extraviado en submarinos
Noticias perdidas: 2do. Parte extraviado en submarinos
Mucho se dijo
De la primera carta de Phil
Que vino de improviso
Como una historia rumoreada
A través de periscopios que asoman en la realidad
Tan cerca que no nos vemos
Fumando como siempre en el ombú de la resistencia
A 2 cuadras y pico del cyber
Frente al garage
Con bolsas de basura colgadas bajo el agua
De un gran árbol podrido
En navidad.
Dicen que esa noche todos salimos de gira
Y hasta cucarachas y ratas nos siguieron por la vía interminable
Del Morón Estelar
Que sólo se enciende ciertas noches
Específicamente inciertas.
Mucho se dijo
Pero yo no escuché nada
–glú-glú-
Pasa un tren
Le dicen al hombre bestia.
Yo
A lo sumo leí
Alguna vez
Escrito en la cintura líquida de una enana
El mensaje cifrado
Del fin.
La contrapoesía
El contraespionaje poético
Esa noche
Nos persigue
Damos un par de vueltas
Nos autoperdemos.
Crecimos equivocados
Nunca estuvimos adelante.
Somos la retaguardia
De la
Poesía.
Henríquez, octubre 2007
.
.
.
Incidente Butteler
Por una nochecita con vos
dios daría la vida.
a Septiembre
es de suponer. Lo sé.
Ignoro el resultado.
Como también que si era lunes
después sería martes
y que matar a un cerdo
de un hachazo
es cosa de mandinga.
Habíamos ido a un estadio en el futuro
a mí me llevó el viento
y a ella una banda.
Éramos todos visitantes
y nos dirigíamos
como una estampida
hacia el parque
tal vez un bosque
siempre de la Independencia
o de la declaración.
Cuando llegamos tuvimos que comprar entradas
y no hacer esa avalancha
que me costó un corte en la cabeza
y por eso mismo en vez de entrar al club
entré en pánico
y me largué a correr
igual que un pericote
por su vida.
Hasta que afortunadamente si bien no di con ella
al menos encontré un kiosco
y su heladera
que estaba llena de bebidas.
Tuve toda la noche para contarle al señor
o señora
la que había pasado
en Viva García
si ese era el nombre.
El o ella sólo me despachaban
con su cara de extranjeros
les conté que el aspecto
iba más lejos que mi voluntad.
Además me llamo Cacho Fontana
duermo en la placita Butteler
y tengo problemas
si me dejaran salir seguido
tomaría más
pero es que tengo condicional
y me verifican desde un satélite
policíaco
las 24 horas del día
-y la noche?-
-también.-
Podría ir al interior
agarraría la calle por mi cuenta
y a poco de andar
plantaría un ranchito
a la vera de 3 Arroyos
que desembocan en el Paraná.
Seguramente.
En una de esas consigo una patrona
y me veo en la obligación de trabajar.
De tener alguna cría
cada tanto
pensar en su felicidad. Ocuparme.
Pacientemente.
El suponer no cuesta nada.
Siempre me dije en persona.
-Por ir rápido, no te pierdas
lo que harías si fueras despacio,
Horacio-.
Así es que tomé un tren
que iba a Melchor Romero
yo me tenía que encargar de las combinaciones
saber adonde iba
bajar en el lugar indicado.
Comportarme como un pasajero.
El viaje pasó volando y
yo también
todo el tiempo había una chica
que después me di cuenta, era ella
que volvía de Avelino Fernández
ya sin la banda
del buen humor
y los conjuros.
Estaba solamente
trascendiéndose
como un grano de pimienta
canela en rama
o jengibre del trópico
especias al borde de la locura
o la fascinación.
Esa clase de diamante
que no conoce nadie
una dirección equivocada
todo lo que te hace llorar.
Bueno una chica bonita es un incidente
donde podés morir por un lado
o reventar por el otro.
Antídoto #0
4.7.08
Compañeros Compañeras
2.7.08
Buenas... Señor Phil
Presentación...
Despues de cuatro años de sostener el contrabando de las resistencias más o menos organizadas en Oriente Medio, Colombia, China, Antartida y muchos otros lugares, el Señor Phil aparece de nuevo. Bueno, esto es un decir...
Poco sabemos de él, y cualquiera en nuestro lugar no tomaría en serio la misión de predicar la literatura, misión que creemos, de algún modo, él mismo nos ha encomendado, aunque nunca lo haya puesto por escrito ni se lo haya dicho a nadie.
Sabemos al igual que Phil que la poesía tiene tan pocos límites como lectores, y que nos enfrentamos a una tarea perdida de antemano y dirigida por un mecenas inepto, lejano, feo y acaso inexistente.
Pero no es así.
Creemos en la Misión. Se presume que tal vez haya más personas que conozcan a Phil, que lo hayan entrevisto en la mancha de una página de un libro nuevo, en el secreto que esconde un insecto aplastado. En un arbitro de boxeo, o atendiendo una cafetería. Viajando en días lluviosos. Empañando un vidrio al acercarse demasiado a este invierno que empieza.
Calentando una silla en el desierto. Paseante en las alturas de una construcción.
Está bien, buenas noches, buenas tardes y Buenos días, Señor Fil.