21.12.11

EBRIOLOGIA

Un buen ebriologo
deplora el escándalo
es por eso que evitamos la lucidez.
En la facultad del odre
se aspira a consagrar
al acto de beber
como una ciencia exacta.
Con esa premisa se forman
verdaderos templarios de la vid
que es nuestra madre patria
el gran útero vitivinícola.

Los futuros doctores
juran honestidad científica
a la hora de ingerir wiskhy.
Hacen votos de pobreza
y franciscana devoción
cuando los invitan a una más.

Nuestros enemigos son los antibióticos
el beber con moderación
que nos confundan con niños y se nieguen a vender
También los organismos de seguridad
que siempre están sobrios
y no saben tratarnos con solvencia.

Bien es cierto que la sociedad nos recrimina
de igual modo libran edictos
y contravenciones
Las mujeres nos abandonan
exigen que tengamos dos trabajos
como si el ebriólogo careciera de plusvalía.

Y que pasa con los aportes provisionales
el censo que nunca hicieron
para cuando el parlamento ebrio.
Estas y otras barbaridades
se cometen a la etnia
alcohol en sangre.

Pronto reconocerán que con una borrachera
se come se educa y se cura
en un centro de rehabilitación.
Y que nuestro sacrificio no fue en balde.
Las generaciones futuras
con nuestras banderas beodas
harán enólogos recorridos
y florecerán los bodegones
snack bar
hasta las excelsas pulperías
nos devolverán la felicidad.

Le llegó la hora al capitalismo
vamos a tomar el poder
del alcohol y sus derivados
mediante el conocimiento y la investigación.
Para eso construiremos el partido revolucionario
de los bebedores empedernidos.
La comunidad organizada
del licor, el aperitivo
y los copetines al paso
serán los pilares
de la embriaguez colectiva.

DOVAL 2011

22.9.11

De manera que podía hacer 2 cosas a la vez

Le dio mecha al yoni
y fumó 
sin cometer errores. Después lo giró, y hacer notar que estaban llegando a Bancalari provocó risas y tós en la tripulación. Lo compararon con uno de  la tele imposible recordar el nombre.  -Siguen las risas.  -En eso dijo el chiquito -la muerte no usa ropa interior- señalando un Micro mar víctima o asesino de sí mismo.

16.8.11

4. compresión de las carreras



Hay una gran fábrica de candados doblando la esquina. Los chicos corren. La distancia se comprime adelante y detrás. Un manojo de llaves resbala de sus manos y va a caer sobre la manta de un vagabundo que duerme a la sombra de un portal. El perro que yace a su lado se levanta, estira las patas delanteras y moviendo la cola se acerca hasta las llaves. Las huele. “No hay dudas. Conejo asado”, piensa.

10.7.11

1. el atardecer desatado


El chico se paseaba entre las góndolas posando sus manos alternativamente en esta u otra fruta. Por fin se decidió por una naranja que lucía muy apetitosa. Miró a uno y otro lado cerciorándose de que nadie lo viera y sacó del bolsillo una pequeña navaja gitana que le había regalado su hermanita menor. El pilluelo cortó la naranja de modo irregular y sin dudarlo un instante la mordió, a hurtadillas, sentado contra una pila de latas de conserva.
Estaba deliciosa. Un líquido azul, brillante, chorreó por las comisuras de sus labios.

El hombre dejó la maqueta del avión sobre la mesa. Voló con su mente hasta el techo e imaginó la liviana estructura de aluminio, recontó en su mente la cantidad exacta de pernos especiales y se rascó la cabeza. Aun con la mirada perdida se dirigió a la ventana por donde entraba un viento suave y dulzón, antecesor de tormentas, removía blancos papeles colgados en las paredes de la habitación. Al caminar hacia la ventana pasó frente a un espejo barato que había comprado a un viandante. La forma levemente deformada que devolvió (el espejo, no el viandante, quien -según se dice- partió a trepar el monte Caruthers armado con un tenedor) mostraba a un hombre alto, flaco, adulto aunque de edad indeterminada entre los 30 y los 50 años, entre una expresión y otra, entre el despertar de un sueño cómico y el nudo de una película de ciencia ficción. El escaso pelo que poblaba su cabeza se veía siempre parado, ondulando como las puertas vaivén de una cantina solitaria. El tipo se apoyó en el alfeizar de la ventana, cerró los ojos y aspiró. Expiró el aire en tres breves pausas y abrió grande la boca, grande, como si fuera a gritar, pero no dijo nada.

Había aprendido a hablar pero rápidamente dejó de hacerlo porque tenía la sensación de que su voz no tenía la musicalidad o el tono normal de las demás voces. No podía escuchar con normalidad tampoco. Sentía apenas débiles silbidos, o bien exclamaciones lejanas como las que produce un barco, un oboe o algún instrumento de vientos con nota grave. Esa mezcla particular componía su mundo sonoro y le hacía acordar a las ballenas. Pensaba en ballenas silbadoras comunicándose entre sí, predicándole secretos a las algas movedizas, haciendo sonar la nota grave y satisfecha al absorber una gran bocanada de plancton.

El mudo vio por la ventana a un muchacho sentado sobre una escalera de mármol que hacía la entrada de una de las antiguas casas con sótano que se alzaban enfrente. En ese mismo momento, el muchacho saludó a alguien, pasando su mano despacio por el ala delantera de su sombrero. El mudo observó hacia abajo, en dirección a donde viajaba el saludo, pero no vio a nadie. El sombrero tapaba los ojos del joven, de manera que este parecía no verlo. El mudo dio la espalda a la ventana y observó la maqueta del avión apoyada sobre la mesa. Se acercó y tomándola entre sus manos midió su peso, detuvo la yema de sus dedos por unos instantes en la áspera superficie de madera balsa y sintió el impulso de arrojar el avión por la ventana. Y de que el avión lo llevara con él.
Cuando se asomó nuevamente a la calle de inmediato vio dos cosas. Una, que un coche de policía estaba detenido en la vereda enfrente. Tres uniformados conversaban con una señora gorda, escrutando con seriedad los alrededores. La segunda, que el muchacho del sobrero había desaparecido. Un cuarto hombre, que no había percibido hasta el momento bajó del patrullero. Vestido de civil, probablemente un detective, observó las escaleras donde se había sentado el muchacho, pasó la mano por uno de los escalones, como si comprobara la existencia de una fina capa de polvo, o la presencia de un hermoso lunar bajo el labio de una joven. Luego el detective se giró sobre sus talones, levantó la vista, y miró directa, exactamente, hacia la ventana donde se encontraba él. 

13.4.11

DIRECTORIO INDI - FESTIVAL TATTOO PERFORMANCE

Según la monada, mister Veira se hizo tatuar en
la verga la leyenda de Jhonni Rivers, esa que
dice "poco antes del descubrimiento de América.
nevaba en las llanuras de Celina, de abajo hacia
arriba (por imperio de un visitador medico).Jhonni,
su hermano Hugo y un campesino regordete, ven
caer un avión Down, justo a tiempo, cuando lo
inspeccionan, aparte de los muertos sin vida, hallan
2 millones de verdes, el inteligente de Jhonni
decide por los otros esconder el botín, para repartirlo,
según dice, un día después que mueran los
Stones. En eso le da por pasar a Harrison el
irascible, Hugo el ebrio le dice "que no tendría,
que no debería seguir" pero el viejo manda puteadas,
ejemplo, "prendele fuego a tu culo, pendejo",
Hugo pierde los estribos y dispara con su recortada
del 16, en pleno rostro y le da en la boca del
estomago, pero el viejo no muere directamente, salvo
que Jhonni le da palazos para evitar malos
entendidos. Hasta ahí bastante bien, sólo que el
campesino reclama su parte, de modo que los hermanos
acceden a dársela, a palazos, ya se sabe. Y a la gritona de
su esposa Kati también, 6 disparos, para no caer en la rutina.
Preparan una coartada, "nosotros buscábamos un coyote
que nos comía las palomas reinas (encima que tenemos
pocas) por aquí nomás, cuando oímos de una balacera
los disparos, nos pusimos en campaña hacia la casa
de Wili (parece que este era el nombre del gordo)
y debe ser que Bily mató a Kati o Katy a Wali o al
revés, bueno encontramos este chiquero." La policía
local parecía creerles, no así los federales, y
enviaron a un agente falso en un cazador de recompensas
a recuperar los 2 millones y de paso investigar
el asunto ese y la avioneta bipolar. Jhonni sospecha del
tipo y ante cualquier duda se calza un tres ocho en
la cintura, cuando el agente lo invita a recorrer la
costanera, junto al comisario (no paraba de comer Donnas
las sacaba del gabán, el pantalón, el muy desgraciado),
en segundos el federico asesina al pata negra, en la
espalda, Jhonni por supuesto al falso, al fin llega
Hugo con resaca, y la escena lo supera, toma un magnum
que había sobre la nieve, se lo coloca en la cien y le dice al
hermano "si no lo haces vos, lo hago yo" y Jhonny lo hizo.
Después el lugar se llena de covanis, el
pretexto de Jhonni (que no sé cual fue esta vez) encajaba
mas o menos, los tipos le comentan,”de cualquier     
manera  y pese a las muertes de los muertos, el     
dinero esta maldito, además son de los más grandes,         
 Imposible salir campeón con ese equipo". Jhonni
maldice para adentro (la concha del orto) da media vuelta
como quien quiere la cosa y marcha a desenterrar
los dos dinosaurios. Uno a uno los fajos fueron arrojados a la
chimenea por Jhonni, soportando los insultos de su
esposa y los llantos del bebe en brazos, así que con idéntica
bala de oro mató a dos. Al día siguiente se fue a componer
estadísticas sobre recursos humanos y eso. Estamos ante el
tatuaje más largo del mundo o el poronga de Chichen Itza.
Alguien tenía que hacer algo por las putas, dijo mister Veira.

28.1.11

EN LOS CONFINES DE GONZALEZ CATAN

G
Un mono picó el brazo de una nena
ella  rompió en lagrimas
y al cosmos se le cortó la respiración.
Por suerte estaba el abuelo
abrazó a la nena
y al mono puso en su lugar.

M
La familia comió a la parrilla
una Play Boy
les gustó
estaba sabrosa.
Después se echaron a dormir
con la radio, prendida.

N.
Al principio Malbec
siendo que la mañana es igual que la noche.
Cuando les sonaron las tripas
era el turno de Sirah.
No conformes de los resultados
llamaron al Same.

C.
La policía no tardó en caer
de los árboles
cual si fueran frutos
o niñas de 15.
Abrumaron a la concurrencia
estaban desfigurados. Aun así.

X.
Con una perla del torero
se los veía dichosos.
El se encargó de la artesanía
dividiendo el corazón... 
Luego a las miniaturas les puso nombre.
Ahora la llevaría a ver el país.

W.
Hoy también, todos caben en su cuerpo roto.