INCIDENTE BUTTELER
Por una nochecita con vos
dios daría la vida.
Corría el mes de Agosto
a Septiembre
es de suponer. Lo sé.
Ignoro el resultado.
Como también que si era lunes
después sería martes
y que matar a un cerdo
de un hachazo
es cosa de mandinga.
Habíamos ido a un estadio en el futuro
a mí me llevó el viento
y a ella una banda.
Éramos todos visitantes
y nos dirigíamos
como una estampida
hacia el parque
tal vez un bosque
siempre de la Independencia
o de la declaración.
Cuando llegamos tuvimos que comprar entradas
y no hacer esa avalancha
que me costó un corte en la cabeza
y por eso mismo en vez de entrar al club
entré en pánico
y me largué a correr
igual que un pericote
por su vida.
Hasta que afortunadamente si bien no di con ella
al menos encontré un kiosco
y su heladera
que estaba llena de bebidas.
Tuve toda la noche para contarle al señor
o señora
la que había pasado
en Viva García
si ese era el nombre.
El o ella sólo me despachaban
con su cara de extranjeros
les conté que el aspecto
iba más lejos que mi voluntad.
Además me llamo Cacho Fontana
duermo en la placita Butteler
y tengo problemas
si me dejaran salir seguido
tomaría más
pero es que tengo condicional
y me verifican desde un satélite
policíaco
las 24 horas del día
-y la noche?-
-también.-
Podría ir al interior
agarraría la calle por mi cuenta
y a poco de andar
plantaría un ranchito
a la vera de 3 Arroyos
que desembocan en el Paraná.
Seguramente.
En una de esas consigo una patrona
y me veo en la obligación de trabajar.
De tener alguna cría
cada tanto
pensar en su felicidad. Ocuparme.
Pacientemente.
El suponer no cuesta nada.
Siempre me dije en persona.
-Por ir rápido, no te pierdas
lo que harías si fueras despacio,
Horacio-.
Así es que tomé un tren
que iba a Melchor Romero
yo me tenía que encargar de las combinaciones
saber adonde iba
bajar en el lugar indicado.
Comportarme como un pasajero.
El viaje pasó volando y
yo también
todo el tiempo había una chica
que después me di cuenta, era ella
que volvía de Avelino Fernández
ya sin la banda
del buen humor
y los conjuros.
Estaba solamente
trascendiéndose
como un grano de pimienta
canela en rama
o jengibre del trópico
especias al borde de la locura
o la fascinación.
Esa clase de diamante
que no conoce nadie
una dirección equivocada
todo lo que te hace llorar.
Bueno una chica bonita es un incidente
donde podés morir por un lado
o reventar por el otro.
a Septiembre
es de suponer. Lo sé.
Ignoro el resultado.
Como también que si era lunes
después sería martes
y que matar a un cerdo
de un hachazo
es cosa de mandinga.
Habíamos ido a un estadio en el futuro
a mí me llevó el viento
y a ella una banda.
Éramos todos visitantes
y nos dirigíamos
como una estampida
hacia el parque
tal vez un bosque
siempre de la Independencia
o de la declaración.
Cuando llegamos tuvimos que comprar entradas
y no hacer esa avalancha
que me costó un corte en la cabeza
y por eso mismo en vez de entrar al club
entré en pánico
y me largué a correr
igual que un pericote
por su vida.
Hasta que afortunadamente si bien no di con ella
al menos encontré un kiosco
y su heladera
que estaba llena de bebidas.
Tuve toda la noche para contarle al señor
o señora
la que había pasado
en Viva García
si ese era el nombre.
El o ella sólo me despachaban
con su cara de extranjeros
les conté que el aspecto
iba más lejos que mi voluntad.
Además me llamo Cacho Fontana
duermo en la placita Butteler
y tengo problemas
si me dejaran salir seguido
tomaría más
pero es que tengo condicional
y me verifican desde un satélite
policíaco
las 24 horas del día
-y la noche?-
-también.-
Podría ir al interior
agarraría la calle por mi cuenta
y a poco de andar
plantaría un ranchito
a la vera de 3 Arroyos
que desembocan en el Paraná.
Seguramente.
En una de esas consigo una patrona
y me veo en la obligación de trabajar.
De tener alguna cría
cada tanto
pensar en su felicidad. Ocuparme.
Pacientemente.
El suponer no cuesta nada.
Siempre me dije en persona.
-Por ir rápido, no te pierdas
lo que harías si fueras despacio,
Horacio-.
Así es que tomé un tren
que iba a Melchor Romero
yo me tenía que encargar de las combinaciones
saber adonde iba
bajar en el lugar indicado.
Comportarme como un pasajero.
El viaje pasó volando y
yo también
todo el tiempo había una chica
que después me di cuenta, era ella
que volvía de Avelino Fernández
ya sin la banda
del buen humor
y los conjuros.
Estaba solamente
trascendiéndose
como un grano de pimienta
canela en rama
o jengibre del trópico
especias al borde de la locura
o la fascinación.
Esa clase de diamante
que no conoce nadie
una dirección equivocada
todo lo que te hace llorar.
Bueno una chica bonita es un incidente
donde podés morir por un lado
o reventar por el otro.
Doval
Boris Doval. Contemporáneo argentino y moronense. Dedica su juventud a las letras, no tanto a la literatura. Sin éxito pero con fe. Esa creencia lo lleva a no cursar ningún estudio importante. Menos de los otros. Además nunca lo premiaron en categoría alguna. Se considera un lector carroñero. Por lo visto le sobra el futuro. Actualmente es amigo del Señor Phil.
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Antídoto #0
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